domingo, 17 de abril de 2011

La Revolución Cultural y la Revolución Sexual en China





  “…La Revolución Cultural produjo consecuencias inesperadas,
que arruinaron un incontable número de vidas.”
“…Mao insistía en que el cambio social e ideológico
 era el requisito previo del desarrollo económico”.
(Bailey, J.P., China en el s. XX.)
  
El propósito de este breve trabajo es exponer la influencia que ha tenido la Revolución Cultural en China sobre la sexualidad y de qué manera han sido afectadas las concepciones y el comportamiento del pueblo chino durante y después de la Revolución Cultural. Hemos utilizado fuetes de entrevistas a varias personas de áreas diferentes, para tener una visión más amplia respecto a la cuestión que hemos de tratar.
     Los años 1962-1965 han sido el preludio de la Revolución Cultural, que en principio reflejaba las luchas internas dentro del Partido, convertidas posteriormente en un fanatismo subjetivo por parte de los perseguidores de cualquier tipo de comportamiento burocrático, burgués, desviacionista o que pueda llegar a parecer anti-maoísta. Junto con la extinción de todo comportamiento, valores e ideas del tipo burgués, han sido sepultados todo tipo de distinción entre los sexos así como cualquier tipo de individualismo; el sexo o cualquier expresión del mismo, ha sido considerado como un placer más del viejo feudalismo, y formaba parte de lo que el Partido llamaba “las viejas costumbres”, junto a la lectura de libros de tintes confucianos, colección de cuadros u otras piezas de arte, atavíos y vestuario cultivo de flores, etc., por lo cual junto con la Revolución Cultural se inició una década de represión sexual, con un objetivo más trascendente de fonfo, cuyas influencias dentro del pueblo chino se extienden hasta nuestros días.  Es importante resaltar la injerencia de la represión hasta los detalles de la vida cotidiana de las personas.
   Otra cosa importante de subrayar es el hecho de que los primeros promotores de los nuevos valores de Mao han sido, en su mayoría, gente joven, que comienza a formar grupos de “guardias rojos” en las escuelas secundarias y universidades durante la segunda etapa de la Revolución Cultural (a grandes  rasgos se puede distinguir cuatro etapas dentro de la Revolución), que se encargarán de perseguir, denunciar y humillar públicamente a los “burgueses” y “revisionistas” por doquier, originando terrorismo y desorden en las ciudades, así como de viajar por todo el país intercambiando experiencias revolucionarias. La represión por miedo a ser castigado, despedido de su puesto de trabajo o humillado era muy grande, sumándole el hecho de que, en los países asiáticos, por lo general, la opinión pública tiene más peso que la individual, por lo tanto no había lugar para ningún comportamiento individualista o modo de distinción alguna, incluso la del género.
 También es importante el hecho de que, para militar en las calles y propagar los valores de Mao, los jóvenes dejan sus estudios, por lo tanto no tienen la manera de ampliar sus conocimientos respecto a otras áreas que no sean dedicadas al marxismo-leninismo. La reforma educacional que lanza Mao, baja aun más el nivel de la educación, debido a que muchos profesores han sido despedidos el programa educacional se abre a las clases bajas, y muchos estudiantes e intelectuales son enviados a los campos para realizar trabajos manuales, siendo privados de educación alguna.
     Debido a la importancia de la milicia entre los jóvenes, la divulgación de eslogan, como “cada uno- un soldado”, exposición del ejército como el modelo de virtudes socialistas y eliminación de toda distinción entre hombres y mujeres, ya que la mujer se integra a trabajos manuales, grupos de “guardias rojos”, etc., viéndose libre de la autoridad paterna pero debiendo cumplir con trabajos más pesados y menos retribuidos,   siendo puesta al mismo nivel que el hombre pero muchas veces sufriendo acosos sexuales en los campos de trabajo. Si bien, se alentó activamente a la mujer a participar del movimiento político, se la ha masculinizado hasta en su aspecto externo, ya que cualquier tipo de peinado o atavío femenino era visto como frívolo y por ende despreciado (en el fondo, no era funcional para el Partido). Las parejas se convirtieron en camaradas o hermanos en vez de amantes, las diferencias de género desaparecieron bajo la vestimenta asexuada que impuso Mao; los guardias rojos cortaban el pelo a todo que lo llevaba largo. Se alentaba a cortar los vínculos familiares a favor de los vínculos partidarios.
Yue Sai, una famosa magnate china y la primera persona que introdujo cosméticos a su país en los años 80 opina sobre el aspecto de las mujeres durante la Revolución Cultural: “Las mujeres se vestían igual que los hombres, tenían el mismo peinado, no usaban ropa de colores ni maquillaje, no tenían ningún estilo, ya que hacer lo contrario significaría ir en contra de la cultura”. A su vez, SaZhajin, una conocida escritora de la cultura popular, que ha vivido la Revolución Cultural junto con su madre, dice: “La sexualidad era totalmente descartada; la palabra “diversión” no existía, era considerada peligrosa por el Partido, ya que la Revolución necesitaba hombres que luchen y no piensen en otras cosas”, por lo cual millones de personas terminaron manteniendo relaciones matrimoniales sin amor y sin sexo. La intromisión del Partido llegó hasta la elección de los cónyuges para ambas partes, mientras que un romance era visto como algo vergonzoso, como lo muestra una película de vanguardia de los años 80 (y cuya reproducción fuera de China ha sido prohibida). Profesor PanSuiming resalta la imposibilidad de cualquier tipo de manifestación sexual: “Para los jóvenes amantes el mundo era un lugar hostil. Cuando yo mismo era joven, me hubiera enfrentado a cualquiera que mantenía relaciones prematrimoniales”.
    Contrariamente a lo que se les exigía a los jóvenes militantes, el propio Mao mantenía relaciones sexuales con más de una mujer, por lo cual hoy su imagen es utilizada por los artistas populares modernos y es vinculada a varios símbolos sexuales. Según SaZhajin “Mao no se privó de nada y disponía de muchas jóvenes”.
    Los cambios de esa actitud represiva hacia la diferencia de los sexos a una expresión más libre de la sexualidad, es relativamente reciente. Según el sexólogo doctor MaXiaoYuan,  aun hoy muchas personas permanecen ignorantes en cuestiones básicas del sexo y muchos pacientes que le consultan por los problemas de la impotencia, remontan el inicio de su problema hacia la Revolución Cultural, mientras que el 50% de las mujeres confesa que aun no han tenido uno orgasmo.
   Pero por el otro lado se observa una actitud exacerbadamente interesada hacía las cuestiones del sexo, sobre todo las que llegan a China desde el Occidente. Las fiestas modernas, como el San Valentín, han ingresado hace poco a China y tiene mucho éxito entre los jóvenes que incluso construyen pequeños “santuarios de amor” en las calles. De la misma manera, los negocios relacionados con sexo también tienen mucha difusión: si bien el primer sex shop abrió sus puertas recién por los años 90, hoy en día Bei Jin cuenta con mayor cantidad de sex shop´s que Nueva York.
   Si bien es necesaria la apertura internacional del pueblo chino que se está dando, la misma también tiene sus consecuencias negativas ya que va acompañada por un desconocimiento respecto al tema: los hijos abandonan el hogar con más frecuencia, se da mucha migración rural hacía las grandes ciudades y la prostitución se encuentra en su mayor auge: tanto en los pueblos alejados (ya que éstos no pueden competir con gran oferta de grandes ciudades) como en los centros cosmopolitas, donde es común encontrar a las jóvenes campesinas dedicándose a la prostitución; por lo tanto el riesgo de enfermedades de transmisión sexual es muy alto.
   La situación de la mujer ha cambiado, y su edad para el matrimonio se ha retrasado notoriamente: mientras que antes era casi imposible que una mujer no se case antes de los 30 años, hoy en día la mujer tiene más independencia en las decisiones que toma; la política del hijo único sigue en pie, pero ya como una consecuencia de liberación sexual e independencia, lo cual aumenta más las posibilidades de la mujer de acceder a la educación y obtener una formación profesional.
   Debido a que anteriormente siempre se valoró más dentro de una familia tener hijos varones (las niñas no eran deseadas o eran abortadas), hoy en día hay una sobrepoblación masculina frente a una carencia de mujeres, por lo cual el poder de la mujer está creciendo, así como el deseo de tener hijas.
    Como conclusión, podemos decir que la Revolución Cultural ha causado profunda influencia sobre la sexualidad del pueblo chino, y cuyas consecuencias se sienten hasta el presente, pero están en pleno auge de cambio y apertura luego de muchos años de represión. 

Lilia Bykova Sergeevna